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Inmunoglobulinas

Inmunoglobulinas

Las inmunoglobulinas (anticuerpos) son proteínas de importancia vital que circulan en el torrente sanguíneo y realizan una amplia variedad de funciones. Influyen notablemente sobre el equilibrio de nuestro sistema inmunitario.

El tipo predominante de anticuerpo en la sangre humana es la inmunoglobulina G (IgG). Sus funciones más importantes son neutralizar y eliminar los virus y las bacterias que penetran en el organismo, los productos del metabolismo bacteriano (toxinas) y las sustancias producidas en el marco de procesos inflamatorios o la destrucción celular.

Gracias a su estructura, la IgG es capaz de unirse a receptores (lugares de unión) en la superficie de las células sanguíneas o a ciertas células de órganos y de influir sobre el comportamiento de estas células. De este modo se regula su proliferación y maduración así como la actividad de las células de nuestro sistema inmunitario.
Mediante su unión a las células, las inmunoglobulinas influyen sobre el control de procesos inflamatorios, sobre la regeneración de tejidos destruidos después de traumatismos o intervenciones quirúrgicas y también sobre el mantenimiento de las funciones de los órganos. Son importantes con respecto a la comunicación entre nuestro sistema inmunitario y nuestro sistema nervioso,  la coagulación y al sistema circulatorio.

Deficiencia de anticuerpos

La deficiencia de anticuerpos es una manifestación del deterioro en la maduración o la función de los linfocitos en la sangre. Las células no reaccionan o lo hacen de forma inadecuada a los patógenos invasores, y el sistema inmunitario es incapaz de mantener una concentración normal de anticuerpos en la sangre.

La consecuencia es la aparición de infecciones recurrentes y en ocasiones potencialmente letales, así como la producción de trastornos en la función de determinados órganos. Una consecuencia particularmente característica es un incremento de la susceptibilidad a las infecciones bacterianas. La curación de heridas y la regeneración de tejidos pueden también deteriorarse debido a la inducción de reacciones inflamatorias por falta de mecanismos inhibidores.

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