La película describe el largo camino de una mujer joven hasta ser diagnosticada de IVC. La paciente experimentó un aumento gradual de la frecuencia de episodios de tos, bronquitis y otitis media. Después de cuatro años estaba recibiendo terapia con antibióticos una vez al mes sin obtener beneficios persistentes. Sin embargo tras el diagnóstico, y después de iniciar un tratamiento de sustitución con inmunoglobulinas la paciente mejoró notablemente. Aunque tendrá que recibir tratamiento de por vida, su pronóstico es favorable.